Las estadísticas nos indican que el FRACASO ESCOLAR es hoy un problema de una enorme magnitud. De cada diez jóvenes andaluces, sólo seis obtienen el título de la ESO, sólo cuatro el de Bachillerato y sólo tres algún título universitario. El resto, eligen las salidas que hoy ofrece la Formación Profesional. Muchos de ellos, ni siquiera eso. Por desgracia, son demasiados los que se nos quedan al margen del Sistema Educativo. Y es una lástima porque contamos con innumerables medios informativos y educativos que pueden hacer de nuestra juventud una generación de emprendedores dispuestos a desenvolverse adecuadamente en la sociedad futura.

El fracaso escolar es el proceso mediante el cual se va produciendo una desadaptación del rendimiento del alumno a los objetivos planteados en cada curso, ciclo o etapa por el Sistema Educativo. Tiene su culminación cuando el alumno abandona la enseñanza secundaria obligatoria sin obtener el título y puede agravarse, aún más, si no continúa ningún tipo de formación reglada.

Los responsables de la situación educativa andaluza somos todos. Los jóvenes porque su futuro depende, fundamentalmente, de ellos mismos. Deben comprender que es su responsabilidad labrarse un porvenir. Ello exige ilusión, esfuerzo y ganas de conseguir sus metas educativas. Las familias andaluzas deben asumir que son los máximos responsables de proporcionar una educación integral a sus hijos y, para ello, deben hacer un esfuerzo educativo desde su más tierna infancia. Deben ser conscientes de que su labor educativa es la primera y principal de sus funciones como padres. Deben desterrar actitudes como la sobreprotección y el abandono. Los maestros debemos comprender nuestra función social y profesional para esforzarnos en motivar a los alumnos y a sus familias. Nuestra misión tiene hoy una dimensión trascendental. Las autoridades educativas deben ponerse de acuerdo en proporcionar los medios adecuados para poder formar a nuestra juventud. También los Medios de Comunicación y la Sociedad, en general, debemos priorizar la educación de los ciudadanos como medio más eficaz de conseguir una sociedad que disfrute felizmente del bien común.

El fracaso escolar de nuestros niños y jóvenes no es sólo escolar. Está asociado, con muchas posibilidades, a otros fracasos como el afectivo, el familiar, el laboral, el de la integración social,… Cuando la renta media nacional está en 21.551 euros anuales; los ciudadanos con los estudios mínimos se quedan en 15.597 euros, unos 1.200 euros mensuales. Sin embargo, los que poseen educación universitaria, tienen por término medio unos 30.708 euros. Los adultos tenemos la gravísima responsabilidad de actuar de manera inmediata y de la mejor forma posible para que el fracaso escolar que asola a nuestros hijos disminuya rápidamente.

Lejos de las propuestas exclusivamente psicopedagógicas, sugiero que lo que verdaderamente se necesita es alcanzar un PACTO DE ESTADO POR LA EDUCACIÓN. Esta iniciativa contemplaría, entre otros, los siguientes aspectos básicos:

  1. Consenso normativo. Poner de acuerdo a las fuerzas políticas para que dejen de cambiar las leyes y las normas y se impliquen todas en darle estabilidad.
  2. Dignificación de la figura del profesor. Deben mejorarse los criterios de selección, la formación inicial, la formación permanente y, sobre todo, el respeto a la figura y autoridad del profesor. Esta labor es tarea de toda la sociedad.
  3. Gasto educativo. Hace falta más dinero para la educación.
  4. Solidaridad interterritorial. Para la cohesión social y territorial de España.
  5. Implicación Municipal. Puede colaborar en el desarrollo de programas, en la apertura de los centros por la tarde, en la impartición de actividades de apoyo y refuerzo,…
  6. Formación de la población adulta.
  7. Hacer más atractiva la escuela. Mediante las nuevas tecnologías, la flexibilidad de horarios y espacios, las visitas culturales, una metodología y una didáctica más al nivel de los alumnos,…
  8. Prevención del fracaso escolar. Con profesionales adecuados.
  9. Plan nacional de animación a la lectura.
  10. Promover las AMPAS, las escuelas de padres y abuelos.
  11. Implicación de los Medios de Comunicación en la promoción de la cultura del esfuerzo.
  12. Otras muchas.

El fracaso escolar tiene solución. Sólo hace falta poner los medios adecuados. Por difícil, no debemos pensar que esta noble tarea sea imposible. En ello nos va el futuro. El futuro de
nuestros hijos. Nada menos.

Manuel Pérez Real es Licenciado en Ciencias de la Educación,
maestro y doctorando experto en FRACASO ESCOLAR en
Andalucía. Es Director de EDUCADEMIA.
Contacto: manuelperezreal@hotmail.com

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